Durante la crisis financiera de 2008, los ingresos de Starbucks cayeron casi un 30% en dos años y se vio obligada a cerrar más de 1.000 tiendas. Para volver a encarrilar las cosas, el director ejecutivo Howard Shultz lideró un nuevo compromiso con la tecnología y la participación comunitaria. Starbucks lanzó "Mi idea Starbucks", donde los clientes podían aportar sugerencias. Se presentaron más de 90.000 ideas y más de 100 de ellas se hicieron realidad. Al centrarse en los clientes, Starbucks cambió su imagen de una cadena corporativa de café a una comunidad de personas amantes del café. Con un enfoque renovado y una economía mejorada, Starbucks pronto comenzó a ver un fuerte crecimiento.
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